domingo, 2 de junio de 2013

Corrales, corralas, corralones

Málaga, corralón de Sta. Sofía
Dependiendo de la ciudad en que nos encontremos, se usará un nombre u otro, pero en esencia, los tres términos enumerados en el título designan una misma cosa según la RAE: una casa de vecindad, que "contiene muchas viviendas reducidas, por lo común con acceso a patios y corredores". Tradicionalmente, fueron los hogares de las clases urbanas humildes, y en ellas se compartían servicios, existiendo un pozo o fuente en el centro del patio; el aseo también era común. El patio, espacio central en torno al que se distribuían las viviendas -más o menos generoso dependiendo del caso-era el verdadero leitmotiv, y el marco en el que se tejían estrechas relaciones entre sus habitantes, máxime teniendo en cuenta lo exiguo de las habitaciones.

En un momento dado, hace unos treinta años, se produjo la restauración de algunos de estos edificios, dotándolos además de baños y cocinas propias para cada una de las viviendas, a la vez que desde el campo de la antropología se valoraban como espacios para la convivencia, en una sociedad cada vez más individualista. En determinadas zonas incluso se construyeron muchos de nueva planta.

Sin embargo, a medida que la especulación urbanística iba recrudeciendo, se escucharon cada vez más voces clamando contra lo que se definió como un testimonio de la explotación del ser humano, y un atentado contra su dignidad, así que corralas, corrales y corralones fueron convirtiéndose en amplios solares situados en zonas bastante céntricas. Hay que valorar la sinceridad de las afirmaciones anteriores en función de quién las pronunciara, especialmente a la vista de lo que ha venido después: edificios voluminosos en los que se apilan pisos no mucho mayores que los contenidos en los corralones primitivos, eso sí, mucho más opacos y sin espacios para la convivencia.

Los ejemplos que ilustran estas líneas muestran la calidad ambiental que se puede alcanzar cuando las cosas se hacen bien... Aprendamos.

Sevilla, Corral del Conde
Depending on the city, one name or another is more popular, but in essence, the terms written on the title designate one same thing: an apartment building, which "contains many small dwellings, usually with access to courts and corridors". Traditionally, they were the homes of the humble urban classes, and they shared services like a well or fountain in the center of the courtyard; the toilet was also common. The patio, central space around which dwellings were distributed, could be wider or narrower depending on the case, and was the true leitmotif, the context in which close relations between its inhabitants were woven.

At one point, about thirty years ago, some of these buildings were carefully restored, and the dwellings contained in them were provided of own bathrooms and kitchens for each of the homes; at the same time, from the field of anthropology they were valued as spaces for coexistence in an increasingly individualistic society.

However, as urban speculation skyrocketeed, more and more voices clamed against what was defined as a testament to the exploitation of people, and an attack on their dignity, so corralas, corrales and corralones were razed down and became vacant soil in valuable areas downtown. We must assess the sincerity of the above statements depending on who said them, especially in view of what has followed: in some of these sites bulky buildings have been erected today, where the surface for each dwelling is not much bigger than in the old corralas, but much more opaque and with no spaces for coexistence.

The examples illustrating these lines show the environmental quality that can be achieved when things are done well ...

15 comentarios:

  1. Luis, tú siempre dando con acierto el tiro en la diana. Recuerdo lo de las "soluciones habitacionales" y otras lindezas. La habitabilidad y la cercanía tenían sus problemas, pero la soledad y la ausencia tienen los suyos.
    Al final siempre recuerdo, de pequeño, salir con la silla a la entrada o sentado en una manta, escuchar las historias que contaban los mayores en las noches agradables del verano.
    De los dibujos para qué hablar.
    Un saludo cordial

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Chagua. Hoy en día se construye sin soslayar esos problemas de habitabilidad y cercanía, pero sin convivencia... triste paradoja.
      P.D.: guardo el cuaderno que tú sabes como oro en paño (¡y lo uso, ojo!)

      Eliminar
  2. Siempre un placer ver, leer, aprender contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Marisa. Doble placer el mío al saber que "me has visitado" y te ha gustado la entrada.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Gracias, Santiago... no estoy tan viajero como tú, dibujo los rincones que me quedan cerca, jeje. Un saludo.

      Eliminar
  4. que buenos tus dibujos, enhorabuena Luis, una maravillosa vision de los corrales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado, Jose. Esos corralones se merecen una visita. Gracias y un saludo.

      Eliminar
  5. Tus dibujos.....maravillosos. Tus comentarios......enseñan e ilustran,... es un placer entrar en tu blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Jon, gracias por tu generoso comentario. Como le decía a Marisa, el placer es mío al saber que habéis pasado por el blog.

      Eliminar
  6. Respuestas
    1. Hola, Síndrome Coleccionista. No sé si me preguntas por el corral del Conde (Sevilla) o el corralón de Santa Sofía (Málaga) ya que ambos aparecen en los dibujos. Pero para el caso da igual: ambos son propiedad privada, aunque supongo que con un poco de diplomacia pidiéndolo a algún vecino se puede conseguir que te dejen pasar.
      En mi caso, en el de Sevilla habíamos gestionado una visita con la Escuela de Arquitectura, y en el de Málaga había una jornada de puertas abiertas al celebrarse un concurso de engalanamiento de patios.

      Eliminar
  7. Espectacular, Luis. La señora que me cuidaba por las mañanas mientras mis padres estaban en el trabajo vivía en un corralón en la Trinidad. Lo has dibujado exactamente igual a cómo lo ha dibujado mi mente durante muchísimo años. Nunca fuí a visitarla allí, ella no me dejaba, pero me lo describía y eran todos como una gran familia. Solo había un teléfono en la comunidad y se llamaban por el patio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Bárbara. La gran mayoría de los corralones que tengo en mente de la ciudad de los ochenta no son más que un recuerdo, un testimonio como el de esa señora que te cuidaba. Da vértigo el ritmo al que se han sucedido las transformaciones en nuestra ciudad, ¿no crees? Un saludo.

      Eliminar
  8. Sí, efectivamente, la transformación en apenas dos décadas es vertiginosa (ya si se mira desde los 50, da pánico) y eso que nuestro "skyline", supongo que por ser zona costera, no permitirá grandes alturas. En este grupo de facebook hay un gran testimonio fotográfico de cómo era la ciudad a mitad del siglo pasado, tan solo hace unas décadas y parece otro mundo: https://www.facebook.com/groups/solofotosantiguasdemalaga/photos/
    Un saludo.

    ResponderEliminar